El concepto de «Forma a otrxs» es un llamado a la acción que promueve la educación y el empoderamiento de individuos a través de la transmisión de conocimientos, habilidades y valores. Este enfoque no se limita a la educación formal en escuelas o universidades, sino que abarca una amplia gama de contextos y metodologías, incluyendo talleres comunitarios, programas de mentoría, y plataformas de aprendizaje en línea. Su objetivo es capacitar a las personas para que se conviertan en agentes de cambio en sus propias vidas y en sus comunidades.
La iniciativa «Forma a otrxs» se centra en la idea de que todos tienen algo valioso que enseñar y aprender, promoviendo un intercambio de saberes que es bidireccional y mutuamente enriquecedor. Esta estrategia fomenta una cultura de aprendizaje continuo y colaborativo, donde los conocimientos y experiencias de cada persona son vistos como recursos valiosos para el desarrollo colectivo.
Uno de los pilares de este enfoque es la inclusión. Al diseñar programas que son accesibles para personas de diversas edades, orígenes socioeconómicos y niveles educativos, «Forma a otrxs» busca democratizar el acceso al conocimiento y fomentar una mayor equidad social. Esto incluye el uso de tecnologías adaptativas que permitan superar barreras físicas y geográficas, asegurando que más personas puedan beneficiarse de oportunidades educativas sin importar su ubicación o condiciones de vida.
Además, este enfoque se extiende a la formación en habilidades blandas y competencias emocionales, las cuales son cruciales para el éxito personal y profesional en el siglo XXI. Programas que enseñan liderazgo, comunicación efectiva, resolución de conflictos y pensamiento crítico son fundamentales para preparar a individuos no solo para el mercado laboral, sino también para una participación activa y consciente en la sociedad.
Finalmente, «Forma a otrxs» impulsa la idea de responsabilidad social y desarrollo sostenible. Al educar y formar a las personas no solo en competencias técnicas sino también en valores como el respeto por el medio ambiente y la justicia social, se contribuye a la creación de comunidades más resilientes y conscientes de los desafíos globales contemporáneos. Este enfoque integral y empático hacia la educación representa una herramienta poderosa para el cambio social y el desarrollo comunitario.